Todo empezó ganando un concurso público para la gestión integral del complejo interpretativo de La Casa de La Luz en la primavera de 2012. Nunca había estado abierto antes pero, empezamos en julio.
A menudo la opinión más extendida es que la conservación de la Naturaleza, como objetivo primordial, difícilmente puede cuadrar con la actividad de una empresa privada como no sea de la mano de la asistencia técnica, encomiendas sobre fondos liberados por la administración pública, etc. Por ello, el “amor al medio natural” y el trabajo para su conservación y para la educación ambiental de la sociedad suele dejarse en manos de ONGs cuyas estructuras y fundamentos legales parecen encuadrar ese trabajar por “el amor al medio natural” dentro del trabajar “por amor al arte”. Como mucho, algunas empresas españolas empiezan a tomar el camino novedoso aquí, pero muy trillado en otros países, de acometer programas de conservación ambiental dentro de lo que ha dado en llamarse “Responsabilidad Social Corporativa”, aunque la mayoría sienten estas medidas como meras ayudas a los programas de marketing.
Pues empezamos a lo grande con la aceptación de nuestra responsabilidad social corporativa. Somos Alma Gaia y soñar es hacer.