Atendiendo a la creciente demanda de servicios derivados del turismo de naturaleza y de interior, no se puede más que admitir que los valores naturales son un poderoso atractivo para un nuevo usuario ávido de, no solamente sosiego y atención de calidad, si no de conocimiento y actividad directa en el medio más natural y exclusivo posible. Sin embargo, las mejores iniciativas hosteleras a veces no consiguen dar respuesta a las nuevas necesidades simplemente con las maneras tradicionales; en ocasiones porque el nuevo usuario tampoco llega a tener muy claro que es lo que necesita para colmar su inquietud. Si uno se aloja en un Parador Nacional ubicado en el centro de una ciudad renacentista o en las inmediaciones de una de las mejores playas de Europa, pues muy posiblemente sepa exactamente por qué ha llegado allí, y sabrá explotar para sí sus días de estancia sin más reparos de cómo aprovechar al máximo unos excelentes servicios de hostelería sin perderse las visitas a monumentos o nadar entre el cielo y la arena.
Sin embargo, cuando el visitante llega a las instalaciones del Parador Nacional del Adelantado, comprenderá que ha tenido que llegar hasta allí, por aquella carretera de montaña, para poder degustar una gastronomía local riquísima y peculiar, sentarse en su terraza a tomar un café frente a aquellas vistas de naturaleza indómita, y a sentirse un privilegiado por nadar en una magnífica piscina inmersa en el mayor bosque de la Península Ibérica… Un día tras otro. El gran bosque termina siendo un decorado para el huesped, y éste acaba pensando que allí se está tremendamente a gusto, que el servicio es acorde a la calidad Paradores Nacionales, que todo es muy bonito, pero que en dos días ya lo ha visto todo (desde la piscina al salón, pasando por la terraza y su café). El Parador Nacional de Cazorla es mucho más que todo eso. Puede ser mucho más.
Estas instalaciones están en el corazón del segundo mayor espacio protegido de Europa, Parque Natural, Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Protección para las aves, Lugar de Importancia Comunitaria. En una jornada se pueden identificar más especies vegetales que dedicando una vida entera a catalogar las Islas Británicas al completo. Un paseo entre ciervos y jabalíes puede completarse con visitas al 2º centro del mundo de cría en cautividad de quebrantahuesos, o a las sueltas de esta ave de 3 metros de envergadura. Si prefiere ver como nace la libertad del vuelo, podrá acercarse con sigilo a las colonias de buitre leonado en cría sin temor a molestarlas. Dar de comer en la mano a un zorro salvaje, no encerrado en una malla, observar el mundo desde más de 2000 metros de altura, o esconderse de él en la inmensidad de un altiplano lunar a más de 1800. Sumergirse en un húmedo bosque de acebos, cómo si estuviese en la tierra de los celtas, y desde allí asomarse al mayor subdesierto europeo sin mucho más que alzar la vista. Visitar los escenarios del rodaje de capítulos emblemáticos de “El Hombre y la Tierra”, conocer las orquídeas y plantas carnívoras que no viven en los sueños de países lejanos… Y, por supuesto, descansar en aquella piscina maravillosa desde dónde ya no se ve un bonito decorado, si no que se escruta entre las peñas por dónde irá la ruta de mañana. Por muchos días que se pase en nuestro Parador Nacional nunca se llegarán a conocer totalmente sus instalaciones naturales de más de 210.000 Ha: su jardín.
En esta tesitura Paradores solicitó ideas para incrementar la estancia media de su cliente en sus enstancias. Desde Alma Gaia propusimos convertir unos aparcamientos del Parador Nacional del Adelantado de Cazorla en un equipamiento para dar servicio de información a sus clientes sobre el magnífico entorno en el que está ubicado este hotel. La construcción de este pequeño centro de documentación y equipamiento básico serviría también como escaparate de un muestrario de secuencias de lo que se puede vivir allá afuera. Pretendíamos:
Hoy, un quebrantahuesos surca el techo junto a una cabra montés defendiendo a su cría del ataque de un águila real y a un zorro que contempla la escena sorprendido. El Centro se extiende por un espacio de 80 metros cuadrados situados en la planta baja del Parador de Cazorla. Cuenta con un total de 16 escenas naturales en las que pueden verse a animales como el quebrantahuesos, el alimoche, el zorro, la cabra montés o el águila real. El realismo de las figuras suele hacer pensar que se trata de animales disecados. Nada más lejos de la realidad porque todas ellas han sido realizadas en resina, cartón piedra, cuerda y hojas secas, y así se avisa al visitante.